El hombre Biónico había salido de su habitación rumbo al trabajo temporal.
Las zapatillas propulsoras, le llevaban con comodidad por encima de la mayor
Parte de la población-Los políticos y periodistas, deseaban ser estrellas de la galaxia en el planeta Tierra, para ello utilizaban el poder de la televisión-.pantallas de plasma plana mostraban los llamados debates de la sexta transición-.En ese tiempo todo era
pasado, el futuro no existía pues permanecía encerrado en un tubo de ensayo en algún lugar de la Antartida a 1000º bajo cero-el presente era dominado por fuerzas terroristas de contención, propietarios de un caserío trataban en un lugar del Norte, dominar el
Este, el Sur y el Oeste de La Gran Nación Amarilla y Roja. –Necesitaban más tierra, los demás necesitaban la segunda venida.
El Hombre Biónico era un ser solitario y autónomo trabajaba para él.
Los políticos vivían en un mundo paralelo al de los ciudadanos.
Los periodistas vivían en un mundo paralelo al de los políticos.
Los sacerdotes especialistas en “Religión” dominaban la política planetaria, habían educado a los políticos para dominar su planeta. Cuando los problemas emergían del subsuelo donde habitaban la suciedad, y las ratas radiactivas-, el presidente de la Nación echaba mano de un pequeño libro llamado La Constitución. El Opositor en cambio
echaba mano de un manual inventado por el mismo, se lo había dejado el sumo sacerdote de su religión-ese manual en sus manos era el arma más potente de la Tierra...
Era la palabra, y por la palabra había sido creado todo lo conocido y por conocer-.Era el libro Azul y el libro Azul era profundo como el océano de Plutón
El hombre Biónico bebía un sorbo de chocolate, pues le tranquilizaba-HB era un observador de la sociedad que le había tocado vivir-tomaba chocolate y observaba.
Más adelante contaría al mundo global sus impresiones en una bitácora patentada con su nombre: “La Bitácora del Hombre Biónico”
Sus seguidores se multiplicaban como el virus de la gripe aviar.
Y su ranking se había puesto al rojo vivo, el presidente y el jefe del partido opositor desayunaban café con leche, tostadas y zumo de naranja, mientras leían sus artículos de ficción-.Eso les ayudaba, a uno a contraatacar , y al otro a partirse de risa.
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